Fobia a vomitar curada en 2 sesiones

Paciente de 20 años con fobia a vomitar que aparece y desaparece de forma cíclica se cura en 2 sesiones tras recordar varios momentos en los que fue obligada a comer de pequeña en un comedor escolar algo que no le gustaba

Aquí su testimonio: <<Yo era inicialmente escéptica cuando empecé a leer sobre la técnica del tapping. Leía testimonios de gente que se había curado de fobias pero tenía bastantes dudas de que pudiera funcionar con la mía. He sufrido de miedo a vomitar en público durante muchos años y estaba pasando por mi peor racha, había probado algunas cosas pero no me habían funcionado. Realmente estaba bastante desesperada y pensé que por probarla no perdía nada, y así fue como contacté con Christian e hicimos la prueba.

Tan solo puedo decir que he hecho dos sesiones y ya noto resultados. Básicamente ya no tengo los síntomas que tenía durante las comidas, es sorprendente cuando lo vives. Lo que he podido advertir con esto es que tenemos mucho más poder sobre nuestro cuerpo del que nos pensamos.

Simplemente animo a cualquier persona a que lo pruebe y juzgue por si misma, ya que es algo que hay que experimentar para entender su potencial.>>

Miedo a la oscuridad resuelto en 40min

Mujer de 37 años con miedo a la oscuridad. Tras unos minutos de diálogo donde me explica qué le ocurre, decidimos dirigirnos al dormitorio donde más miedo siente. Trabajamos con las sensaciones físicas y el pánico. Aparecen recuerdos de las situaciones donde se originaron los miedos. En el fondo tienen que ver con supuestas percepciones extrasensoriales que se resiste a desarrollar. En 40min termina la sesión riéndose de alegría. Por la noche comprueba si es definitivo y al día siguiente me da la buena noticia de que sí.

Un saludo

«Aprendiendo la técnica recupera sus ganas perdidas de viajar en avión»

Aquí tenemos un ejemplo de que no se necesita tener conocimientos previos para obtener resultados rápidos con la técnica:

Un alumno de alrededor de 50 años del último taller de Tapping en Barcelona nos cuenta que ha perdido por completo sus ganas de viajar en avión, que lo evita desde hace 15 años. Frases utilizadas: «No me apetece volar en avión», «esta sensación» (sensación de agobio que siente al imaginarse al despegar y aterrizar el avión).

Al finalizar el tratamiento -que no duraría más de 1h, yendo despacio, ya que estabamos practicando para aprender- nos dice con una sonrisa de oreja a oreja que está deseando volver a coger el avión.

Os animo a descargaros el manual gratuito de EFT. Con eso ya os podeis curar seguro de alguna cosa.

Hasta la próxima

«Fobia a los perros en apenas 45 min»

Mujer de 60 años con fobia a los perros. Ella cuenta que siempre ha tenido una especie de aversión o de asco a que cualquier perro se le pueda tirar encima, solo de pensar que un perro grande se le vaya a subir al pecho –no exactamente miedo a que le muerda, sino que se le pueda subir-, le da pavor. Tiene familiares y amigos que tienen perro y no va a sus casas por ello, incluso su hijo se compro un perro mediano, y aún con esfuerzo va a visitarlo pero lo aparta con la rodilla (como vio en el programa de TV que amaestran perros); si en la calle ve un perro grande es capaz de cruzar la acera para evitarlo, se avergüenza porque todos los vecinos la miran sin entenderla y quiere superarlo ya.

Empezamos indicándole que visualice una situación en la que recuerde pasarlo mal con algún perro y sitúe de 0 a 10 el nivel de intensidad que le provoca esta emoción -no sabe cómo llamarla, asco o aversión, repelús-, pero nos centramos en la sensación y la valora en 8. Empezamos con un “aunque tengo esta sensación estoy bien”, hacemos una ronda, dice que quizás algo ha bajado pero muy poco, y también que en el punto 4 ha visto su cara dentro de la boca de un perro. Le pregunto si ve qué edad tiene y dice que muy niña. Volvemos a hacer otra ronda igual con la sensación y le cuesta notar alivio. Hacemos la respiración de clavícula, seguimos con otra ronda y baja a intensidad 6. Ya se imagina con el perro de su hermana y no siente la misma angustia. Seguimos y baja otra vez, quizás a 5, ya no se ve tan nerviosa. Continuamos pero modificando algo la frase y sigue bajando, sonriente dice que ya se imagina más tranquila con el perro ahí, que ya no necesita estar pendiente de sus movimientos. Seguimos con otra ronda y dice que ya está bien, que no se lo cree, que puede verse incluso con el perro del vecino que es un bulldog y al cual no podía ni acercarse. Lo cerramos con un “ya no siento esta sensación” y no surgen nuevos aspectos, ella muy contenta. Le hago volver a la visión de su cara dentro la boca de un perro y dice que ya no le afecta y que ya tiene ganas de ir a visitar a su hermana para ver si es verdad. La mujer queda sorprendida de tanta rapidez, se sorprende mucho con la terapia.

Al cabo de una semana en una conversación telefónica cuenta que cuando ve perros por la calle le resulta indiferente, que ya no le molestan…

Hasta pronto.